La explantación, o el retiro de implantes mamarios, es un procedimiento que ha ganado visibilidad. Si bien muchas mujeres optan por él por razones estéticas o de salud, para quienes han atravesado un diagnóstico de cáncer de mama, la decisión puede estar ligada a su proceso de recuperación y a una nueva visión de su bienestar.
En este artículo, exploraremos qué es la explantación, por qué algunas pacientes oncológicas la eligen y qué deben considerar antes de tomar esta importante decisión.


¿Qué es la explantación mamaria?
La explantación es la cirugía para extraer las prótesis mamarias, ya sean de silicona o de solución salina. Este procedimiento puede realizarse por diversas razones, como la rotura de un implante, contractura capsular (cuando el tejido alrededor del implante se endurece) o, en algunos casos, por una enfermedad sistémica relacionada con los implantes.
Para las mujeres que han optado por la reconstrucción mamaria después de un cáncer, la explantación puede ser una cirugía de revisión o una decisión personal. A menudo, se combina con otros procedimientos para restaurar la forma del pecho, como el uso de tejido autólogo (del propio cuerpo de la paciente).
Explantación en el contexto del cáncer de mama
Después de una mastectomía y reconstrucción, el cuerpo pasa por cambios. Algunas mujeres descubren que sus implantes no se adaptan bien a su nueva anatomía o a su estilo de vida. Otras, en su camino de curación, deciden que prefieren un resultado más natural o simplemente no quieren tener un dispositivo médico en su cuerpo.
Las razones comunes para la explantación en pacientes oncológicas incluyen:
- Síndrome de la enfermedad del implante mamario (BII): Si bien no es una enfermedad reconocida oficialmente por todos los organismos, muchas mujeres reportan síntomas sistémicos (fatiga, dolor articular, etc.) que mejoran tras la explantación.
- Complicaciones locales: Roturas de implantes, dolor crónico o contractura capsular severa pueden requerir la extracción.
- Deseo de un enfoque más natural: Algunas mujeres, al abrazar su recuperación, prefieren una apariencia que no dependa de dispositivos externos.
Es vital entender que la explantación no cura el cáncer ni previene su recurrencia. Es un procedimiento enfocado en el bienestar general, la comodidad y la tranquilidad de la paciente.
El proceso de la explantación y la recuperación
Antes de la cirugía, es fundamental consultar a un cirujano plástico certificado y un oncólogo. Ellos evaluarán el historial médico, el estado actual y las expectativas. El procedimiento dura entre una y tres horas y se realiza bajo anestesia general.
Durante la cirugía, el cirujano retira el implante y la cápsula que lo rodea. En algunos casos, se puede realizar una reconstrucción con tejido propio o un levantamiento de mama para mejorar la forma.
La recuperación suele ser rápida, con una o dos semanas de descanso. Es común sentir hinchazón y dolor temporal. El seguimiento médico es clave para monitorear la curación y asegurarse de que el resultado sea el esperado.

Una decisión de empoderamiento
La decisión de la explantación es personal y poderosa. Para una mujer que ha luchado contra el cáncer de mama, es otro paso en el camino hacia la sanación completa. Más allá de la estética, se trata de tomar el control del propio cuerpo y de priorizar el bienestar emocional y físico. Es un recordatorio de que la belleza y la fuerza vienen en muchas formas.